Veinte minutos de Mundial bastaron a Carlos Bacca, el único futbolista colombiano con un título europeo conseguido ‘como titular indiscutible’ en este 2014, para reivindicarse ante el argentino Pepe Pékerman, seleccionador de Colombia, un hombre al que parece no hacerle mucha gracia el goleador sevillista. Solamente cuando Brasil se puso 2-0 en el marcador a falta de 21 minutos para el final, quiso congraciarse con el caribeño al que tenía como único jugador de campo sin debutar en la más importante cita de selecciones nacionales. Solamente siete jugadores del combinado cafetero en Brasil, han disputado menos partidos con su selección que Bacca. Cierto es que una desgraciada lesión le ha tenido fuera de cualquier posibilidad de jugar durante los dos partidos previos al choque frente a Brasil, pero cierto es también que no le dio cancha en los dos primeros partidos del torneo cuando estaba carente de cualquier tipo de lesión.
El killer ya sobre el césped y como no podía ser de otra forma, aportó verticalidad, ritmo, acoso, insistencia y persistencia, que dieron su fruto cuando con ocho minutos sobre el terreno de juego, al portero brasileño Julio César no le quedó otra que derribarle en el interior del área de forma desmesurada a la altura de las rodillas, provocando el penalti con el que James recortaría de forma insuficiente el marcador final. Aprovechamos para recordar el fatal arbitraje de Velasco Carballo, ¿el mejor árbitro de nuestro país?, que debió expulsar al veterano guardameta del Deportivo Saprissa en la jugada señalada.
La actuación de Bacca en esos escasos 20 minutos ha sido muy alabada por los medios de comunicación, algo que para la historia ya será lo de menos.
El Alminar de Nervión 